LA TIERRA DE LAS LUCIERNAGAS
Hace varios años que le pregunto a la gente cuando fue la ultima vez que vió una luciérnaga? Todos coinciden que cuando eran niños. Recuerdo que en mi infancia en el vecindario que vivía habían muchos jardines y cuando llegaba la noche nuestro juego favorito era perseguir luciérnagas, los niños de esta época nunca han visto una, y muchos ni siquiera ven mariposas a menudo, no saben lo que es jugar con ellas o con las abejas!!! Nuestros estilos de vida en jaulas de concreto con aumento de antenas para la telecomunicación y el uso de pesticidas y herbicidas para cultivar nuestros alimentos se han encargado de alejar estos amiguitos que fueron parte de nuestras afortunadas infancias.
Porque escribo esto? Porque quizás con lo que acaba de leer se dio cuenta que usted mismo no recuerda haber visto ninguno de estos insectos hace mucho tiempo, pero hay un grupo de personas que si los hemos echado de menos, un grupo de personas que si buscamos el sonido de los pájaros todos los días, un grupo de personas que si nos damos cuenta que muchas plantas cuando tienen las hojas abajo es porque están cuidando a sus bebés debajo de ellas, que no vamos al zoológico porque pensamos que es muy cruel tener un animal enjaulado para el deleite nuestro y que si preferimos sacar la lagartija de la casa antes que matarla, un grupo de humanos que no necesitamos de un virus para que nos recuerde lo preciado que es la naturaleza y el aire libre, hay un grupo de personas que hace mucho entendió que lo mejor de su vida es la familia que tiene y que desea pasar tiempo con ellos sin que un virus tenga que venir y no dejarlos salir de casa, hay un grupo de personas que siempre trata de dejarle saber a sus amigos lo importante que son y no necesita que un virus venga a enseñarle esa lección, habemos un grupo de humanos que encontramos a Dios y aprendimos a adorarlo a través de la naturaleza y entendemos que ella está ahí para adorar a Jesucristo y que nosotros sólo estamos aquí para cuidar de ella, no para explotarla, y que esa naturaleza es tan fuerte que puede doblegar nuestras rodillas con un viento, hacernos huir con una ola o rediseñar nuestras vidas con uno de los microorganismos más pequeños de ella.
Habemos un grupo que no necesitamos un virus para entender muchas cosas, porque lo habíamos entendido antes, no hay nada positivo con esta situación, dígaselo a los que están lejos de sus seres queridos, y a los que los han perdido.
Si lo único que usted extraña es salir a un restaurante, beberse un Frappuccino, ponerse sus joyas y sus carteras costosas, entonces usted no ha aprendido nada, aún debe de quedarse en casa. Si usted ya entendio que todo esto se trata de aprender que el verdadero valor está en las personas y que estamos aquí para ayudarnos unos a otros, si usted ya entendió que nuestro deber como humanos es cuidar de la flora y la fauna y no maltratarla para nuestro entretenimiento y para nuestro apetito, si ya entendió que Dios no necesita un virus para que usted lo deje entrar a su corazón porque ya el lo demostró en la cruz del calvario y que el quiere que usted lo ame porque es su salvador y no por miedo, entonces solo entonces entendió que El está en control y que el nos dirá cuando podemos salir.
Rebeca Marrero
Porque escribo esto? Porque quizás con lo que acaba de leer se dio cuenta que usted mismo no recuerda haber visto ninguno de estos insectos hace mucho tiempo, pero hay un grupo de personas que si los hemos echado de menos, un grupo de personas que si buscamos el sonido de los pájaros todos los días, un grupo de personas que si nos damos cuenta que muchas plantas cuando tienen las hojas abajo es porque están cuidando a sus bebés debajo de ellas, que no vamos al zoológico porque pensamos que es muy cruel tener un animal enjaulado para el deleite nuestro y que si preferimos sacar la lagartija de la casa antes que matarla, un grupo de humanos que no necesitamos de un virus para que nos recuerde lo preciado que es la naturaleza y el aire libre, hay un grupo de personas que hace mucho entendió que lo mejor de su vida es la familia que tiene y que desea pasar tiempo con ellos sin que un virus tenga que venir y no dejarlos salir de casa, hay un grupo de personas que siempre trata de dejarle saber a sus amigos lo importante que son y no necesita que un virus venga a enseñarle esa lección, habemos un grupo de humanos que encontramos a Dios y aprendimos a adorarlo a través de la naturaleza y entendemos que ella está ahí para adorar a Jesucristo y que nosotros sólo estamos aquí para cuidar de ella, no para explotarla, y que esa naturaleza es tan fuerte que puede doblegar nuestras rodillas con un viento, hacernos huir con una ola o rediseñar nuestras vidas con uno de los microorganismos más pequeños de ella.
Habemos un grupo que no necesitamos un virus para entender muchas cosas, porque lo habíamos entendido antes, no hay nada positivo con esta situación, dígaselo a los que están lejos de sus seres queridos, y a los que los han perdido.
Si lo único que usted extraña es salir a un restaurante, beberse un Frappuccino, ponerse sus joyas y sus carteras costosas, entonces usted no ha aprendido nada, aún debe de quedarse en casa. Si usted ya entendio que todo esto se trata de aprender que el verdadero valor está en las personas y que estamos aquí para ayudarnos unos a otros, si usted ya entendió que nuestro deber como humanos es cuidar de la flora y la fauna y no maltratarla para nuestro entretenimiento y para nuestro apetito, si ya entendió que Dios no necesita un virus para que usted lo deje entrar a su corazón porque ya el lo demostró en la cruz del calvario y que el quiere que usted lo ame porque es su salvador y no por miedo, entonces solo entonces entendió que El está en control y que el nos dirá cuando podemos salir.
Rebeca Marrero